julio 29, 2015,
Mi zanahoria
por Luis Rodríguez
¿Qué nos motiva a levantarnos cada día?, ¿qué nos hace llorar o morirnos de risa? ¿qué nos emociona o nos hace soñar?, ¿En qué creemos?, ¿Cómo nos gustaría que fuesen las cosas?, ¿y qué tanto de esto tiene que ver con nuestra chamba diaria? El tema da qué pensar. ¿A qué venimos a trabajar?, ¿exclusivamente a ganar dinero?, ¿de verdad estamos dispuestos a gastar un tercio de nuestras vidas exclusivamente por el billete? La mayoría de nosotros no estamos aquí por eso, y si es así, mejor ir pensando en montar tacos “El Califa” o un “100 montaditos”. Respetable en cualquier caso, pero si estás en publicidad por eso, no sólo creo que vas en una dirección equivocada, sino que te puedes dar por muerto. Desde que tengo uso de razón tengo ganas de comunicarme, de contar cosas, de expresarme y de cambiar en la medida de lo posible el mundo. Y la publicidad es un buen medio para hacerlo. Un creativo tiene que tener la ilusión, la creencia o el delirio de que el milagro está a la vuelta de la esquina. Es nuestra particular utopía. Tenemos que pensar que ese minuto mágico vendrá, la idea aparecerá como si del espíritu santo se tratase y con ella acabarás con el hambre en el mundo, venderás cientos de miles de condones, cambiarás la forma de escuchar música, conseguirás que el presidente de Israel y de Palestina se fundan en un abrazo y tú y tu equipo terminareis recibiendo, cual Maradona en el 86, un Grand Prix en Cannes mientras el confeti cae sobre vuestras cabezas. Luego, posiblemente abras los ojos, dejes de soñar y te enfrentes al día a día, pero esos sueños te ayudan a meterle toda la energía posible al brief que tienes encima de la mesa. A mí particularmente me ayuda agarrarme a cosas en las que creo, y desde ahí empezar a construir. Mi particular filtro suele ser: ¿me gustaría que una marca me contara esto?, ¿me gustaría que me lo contara de esta forma? Creo que una buena agencia tiene que decir las cosas con inteligencia, con sensibilidad y con respeto. Tratemos al consumidor como nos gustaría que nos tratasen a nosotros mismos. Es fácil. Toda idea está dentro de nosotros y para que salga antes tienes que haber buscado mucho allí fuera. Tienes que haberte alimentado mucho, trabajado tu sensibilidad, haber viajado, viajado un chingo, leído “City” de Baricco o “Cien años de soledad”, haber visto la filmografía de Miyazaki, reído con los Monty Python, y escuchado una y mil veces a María Callas o a Chet Baker. Trata de vivir un vida jugosa, sal con tus amigos, haz cosas diferentes, enamórate, intenta salir a tu hora, la vida obviamente es más importante que la publicidad; si lo haces tendrás el sustrato donde crecerán las buenas ideas. Una buena agencia la hace, única y exclusivamente, un buen equipo, y cada creativo debe encontrar cuál es su particular motivación para que sus ideas lleguen cada día un poquito más lejos. ¿Cuál es la tuya? Luis Rodríguez Creative Associate Director