julio 23, 2018,
Nadie me ha roto el corazón como tú
por Thalía Vázquez
Ahí estás. En la silla esperando a que llegue. Es la cita perfecta, te has preparado bien, llevas un lápiz y una libreta en las manos, no necesitas más. Después de todo, no es tu primera vez, sabes hacerlo. Pasadas un par de horas, tanta confianza hace de las suyas, logran conectar, decides ir más allá, te has despojado de tus prejuicios; sobas una y otra vez hasta que la sientes venir, así sin avisar, tratas de no moverte para no interrumpir y llega como un orgasmo que retumba en tu estómago. Te has enganchado. Le dedicas horas, días, semanas, tu vida entera. Te desvelas, te quita el sueño, piensas una y mil formas de hacer que funcione. Tus amigos te dicen: ¿No crees que es demasiado? ¿No ves que te estás obsesionando? Pero nunca es demasiado, porque crees en ella. Convences a todos de que es la mejor, que ninguna otra te había hecho sentir eso. Y tal vez te crean, incluso te ayuden a lograr todos los planes que tienes con ella, porque 20 segundos de verla realizada hace que todo valga la pena. Pasa todos los filtros, todos opinan, algunos la miran bien, otros tal vez intenten desanimarte; pero aún así la amas, porque nadie la conoce como tú, nadie le tiene fe como tú, nadie la ve como tú. Finalmente, llega el día de la presentación formal. Te peinas, te pones tu mejor outfit, te preparas mentalmente para brillar con ella. Tienes nervios pero sacas fuerza y ¡voilà! La aprueban, sí, la aprueban, pero no la aceptan como es, esperan cambiarla un poco, para que sea más digna. Tú eres valiente, no te asustas fácilmente; después de todo, los cambios son buenos ¿no? Trabajas en ello, pero todo se complica, ella ya no es la misma. Algo se rompió, alguien llegó derribando lo que habían construido. Y por más esfuerzo que pongas, por más vueltas que les des, ya no es tuya. Se fue. Constantemente la recuerdas, de hecho, alguien te dijo que se quedó estancada; pero ya no es asunto tuyo. Y ahí estás de nuevo, pensando… ¿Acaso eres tú el problema? bueno, concéntrate, ¿pero qué te faltó si lo diste todo? ¡Que te concentres! De hecho, siempre pensaste que podrían llegar más lejos, no sé, llevarla a Francia a que el mundo entero vea su grandeza. Pero no, volviste justo al lugar en que iniciaste, de nuevo en tu silla, con un lápiz y una libreta, esperando a que llegue la nueva idea. Tal vez la próxima sea la indicada. Thalía Vázquez Creative Director