mayo 5, 2021,

Los teléfonos ya son inteligentes, ¿y la publicidad cómo va?
por Diego Lizewski

Curiosamente o sin curiosidad nos la pasamos todo el día mirando la pantalla del móvil y la publicidad, sí, la que hacemos todos los días es totalmente invasiva. Les digo algo que ya saben: Todos, pero todos odiamos la publicidad. ¿Por qué? Porque siempre interrumpe algo mucho más divertido o que nos parece interesante. Tenemos el poder de cambiar eso.

Creo que las nuevas generaciones perdieron un poco el amor por la publicidad, ya no ven tan atractiva la profesión y buscan otras cosas. Ser influencers, YouTubers o Gamers (sin dudas yo lo hubiera elegido). Hoy se ha perdido un poco la perspectiva sobre nuestra especialidad, ya no somos los expertos que le dicen a las marcas qué es lo mejor que pueden hacer para diferenciarse, ahora son los medios los que están diciendo que, si no decimos o mostramos el logo en los primeros 3 segundos, no sirve; claro que no estoy de acuerdo, por mi parte sigo amando la publicidad como el primer día.

Hoy contar historias es un desafío constante que tenemos como creativos y publicitarios, ya que competimos, primero, con la vida de las personas que seguro es más interesante que la de una marca y luego tenemos que ser más originales que las series originales de Amazon, HBO, etc.

Los KPI’s son los corazones de las personas, ya que cada vez más marcas apuestan a la conexión con la gente. Recordemos siempre eso. Cada uno de nosotros somos personas, somos espectadores y consumidores.

Una vez leí esta historia y es una genial analogía de algunos tipos de publicidad que se ve en la televisión:

La historia de Alonso. Un hombre que entra a una fiesta. Y ve a una mujer, la más linda del lugar. Alonso hizo un curso de marketing y comunicación. Entonces se acerca a ella y le dice: “Hola me llamo Alonso, tengo 32 años y un auto importado. Soy simpático, inteligente, un amante extraordinario. Soy Alonso (muy importante repetir el nombre de la marca). Vivo solo en un hermoso departamento, decorado con un gusto exquisito porque soy arquitecto. Alonso, el arquitecto. Gano mucho dinero y viajo cuando se me da la gana. Inclusive a Miami. Soy Alonso, no puedes dejar de conocerme.” La chica lo mira y le dice: “Sal de mi vista”. Alonso no lo puede creer.

Alonso hizo todo lo que aprendió en el curso: un mensaje directo, basado en los diferenciales del producto, con buena presencia de marca y rematando con un call-to-action. ¿Qué fue lo que falló? Alonso confundió el contenido del mensaje con la percepción que se desea alcanzar. A la hora de convencer, casi todas las marcas que vemos en todos lados hoy son Alonso.

No hagamos Alonsos, hagamos publicidad inteligente que nos ponga tan orgullosos como a nuestras queridas madres. Hagamos publicidad que sea especial y espacial. Dediquémosle tiempo y amor para que cuando alguien esté mirando YouTube, Instagram o simplemente googleando algo, vea nuestras ideas y se la comparta a alguien más.

Primero story-telling, ahora story-doing, pero creo que hoy necesitamos más hacer story-changing.

Diego Lizewski

Director Creativo

Archer Troy