septiembre 2, 2021,

Solo sé, que no sé nada
por Rosario Castillo

Mientras pensaba qué debería escribir para este blog, pasaron por mi cabeza miles de posibles temas (feminismo, creatividad, la industria en México, etc.), pero ninguno me hacía sentir que estaba aportando algo que no se hubiera escrito antes. Además, decir “Hola, soy Rosario y tengo 9 años de experiencia en publicidad”, tampoco sonaba a un statement muy convincente. Y quisiera aclarar que no es que demerite el tiempo que le he dedicado a esta vocación, solo San David Ogilvy sabe las lágrimas, risas y noches sin sueño que he tenido que vivir para amar de manera incondicional a La Publicidad (sí, las caps son a propósito). Pero de todos modos, no sentía que pudiera decir algo que Ad Age no les pueda decir mejor o más contundentemente, y sobre contarles una anécdota importante, para eso mejor les invito una chela. Lo que sí les puedo contar, son las lecciones más importantes que he aprendido de mi vida en agencias y de las personas que han pasado por ella. Estas lecciones, como todo en la vida, son relevantes ahora y puede que mañana ya no lo sean, pero en lo que a mí concierne, trato se no salir de casa sin ellas.

1. Lo más difícil está por venir. Cuando llegas a una agencia suelen decirte que estás manejando la cuenta más compleja, y tú toda ingenua recién salida de la universidad te la crees (le pasó a la prima de una amiga, no a mí, lo prometo), solo para darte cuenta que en realidad la que está por venir es la más compleja. Es un ciclo infinito de nunca acabar, así que mejor déjate ir y prepara la libreta para hacer un nuevo acordeón de marca. No se puede ser experto en todo, todo el tiempo serás nuevo en algo, es mejor abrir ojos y oídos, y hasta el corazón.

2. Las fórmulas no existen. He visto el trabajo mejor sustentado por estudios, estrategias y focus groups, fracasar. No estoy diciendo que esas cosas no importan, claro que importan, nos dan orden y objetivos, pero el consumidor tiene olfato para el trabajo sin corazón. Lo han visto todo y están hartos de que les hables como si los conocieras, sigue tu intuición y no temas hacer las preguntas incómodas en una mesa de discusión con tu equipo, puede que tengas un punto.

3. Cuando crees que ya cachaste todas las innovaciones que había que cachar, hay una nueva. Personalmente, intenté mantenerme al día con aplicaciones, notificaciones de los principales medios publicitarios, viendo todo el trabajo internacional posible, spoiler alert: No hay manera. Informarte es un básico pero si todos lo hacemos, es más sencillo. Comparte las notas interesantes con tu equipo e invítalos a hacer lo mismo.

4. Aprende a apreciar a tu equipo, todo tu equipo. Los trainees, los directores, los que te caen mal, los que suelen hablar poco. La publicidad es tan exigente, que son pocos los que caen en ella por error de la vida y se quedan, recuerda que todos estamos aquí por nuestros méritos y tenemos algo que aportar, te sorprenderá lo mucho que puedes aprender de todos.


5. Acepta tus errores. Parece tan básico, pero sinceramente es muy difícil. Entre más tiempo pasas en publicidad, parece que ya lo has visto todo y que has estado ante todos los resultados posibles, pero lamento decirte que de todos modos te vas a equivocar. He visto gente hacer las contorciones más extrañas para evitar decir “a mí se me fue esto” o “disculpen, vamos a tener que retrabajar todo por mi culpa” (estoy exagerando con esta última). Y no sé ustedes, pero yo aprecio más a quien acepta el error, que al que inventa una excusa o le “echa la bolita” a alguien más.

Si tuviera que acotar todo lo anterior en un único aprendizaje del que estoy 100% segura, sería este: Si vas a sobrevivir en esta industria no puedes dejar de aprender, no puedes dejar de hacer preguntas y no puedes ponerte cómodo. Y… ¿les soy sincera? Qué bueno, porque de lo contrario sería muuuuy aburrido.