junio 9, 2022,

La motivación de los autómatas
por Anthony Pineda

Los que trabajamos en publicidad intentamos mantenernos en constante aprendizaje para evolucionar y estar al tanto de las tendencias actuales (¡NFTS ahí te voy!), no obstante y pese a que muchas veces no las comprendemos en su totalidad, nos obligamos a querer saber un poco de todo y comprender mucho de nada. Sin embargo, por más que nos saturemos de conocimiento, en esa búsqueda constante de la evolución, seguimos sin tener el súper poder de leer las mentes de aquellos que tienen la última palabra sobre nuestro trabajo.

A pesar de todo esto, es inevitable la insaciable obsesión para mantenernos motivados o ese escalofrío que se apodera de nosotros, como cuando sabes que tienes una idea que no solo la rompa, sino que conecte de manera directa con las personas. ¿Acaso nos hemos olvidado de la inspiración y de observar lo que nos rodea?, malinterpretando el darle la vuelta a las ideas para priorizar la búsqueda de ese preciado pedazo de metal, una portada de revista o vivir del qué dirán. Porque la piedra angular para generar esa big idea o frase killer está en nuestro entorno.

Se dice que las ideas están allá afuera, no detrás de un escritorio, pero con un rush diario e interminable solemos olvidarnos que la inspiración está en todo, falta asomarse por la ventana para ver a personas con más perseverancia que nosotros. Por ejemplo, aquellos que limpian los parabrisas que reciben miles de NO antes de conseguir ese valiosísimo y no obstante ellos nunca dejan de creer.

Si llevamos esto a nuestro entorno donde el ajetreo y las grandes marcas retan al ingenio, ¿cuántos NO recibimos a diario?, ¿cuánto suma esa frustración y la falta de entendimiento  de que otros en las derrotas encuentran la victoria? Porque la verdadera frase killer que puede recibir un creativo, sin importar su rango en la pirámide a escalar del ego, y los rockstars que navegan en este océano de ideas y truchas (perdón, truchos), es el NO que nos damos a nosotros mismos.

Dudar de nuestra capacidad por la simple percepción de otro, no significa que siempre estemos equivocados, es solo una invitación a dar un enfoque distinto de nuestra manera de percibir todo lo que nos rodea. Comenzar a ver las cosas desde otro ángulo siempre será sinónimo de escuchar de manera tolerable la visión del mundo del otro… En pocas palabras, enamorarse de la vida y navegar con humildad, algo de lo que carece la industria o como diría el poema Desiderata de Max Ehrmann “Escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia”.