agosto 16, 2022,

Cómo empezó. Cómo va.
por Mike Arciniega

Veinte años se dicen fácil, pero en todos estos años han cambiado muchas cosas en la vida del ser humano, y la forma de comunicarse no podía ser la excepción.

Tal vez, uno de los cambios más radicales se ha encontrado en la forma en cómo una marca conecta con su usuario, ya que hoy, la capacidad de respuesta de ese usuario se ha transformado drásticamente.

En 20 años, la comunicación ha pasado de ser unidireccional a un mensaje bidireccional. Antes la audiencia era impactada con un mensaje que no tenía respuesta. El consumidor, por ejemplo, esperaba el horario estelar de un domingo por el canal más popular de la televisión, para ser impactado desde la sala de su casa. Hoy, el consumidor decide qué ver, dónde y en la hora que él quiera.

Y claro que las audiencias también han cambiado, ya que no solo consumen marcas, sino que las usan y las adoptan para comprar un estilo de vida y una forma de pensar. Y digo usuario porque ya no existen solo consumidores, también están los usuarios de marcas y eso es parte fundamental de la ecuación.

La comunicación nos ha permitido representar la realidad de una mejor manera, y hasta crear mundos paralelos por la forma en cómo contamos historias. Sin embargo, en los últimos 20 años, ha habido un cambio sustancial en la forma de comunicarnos.

Antes los medios de comunicación tradicionales como los periódicos, la radio o la televisión, se limitaban a un formato único, un solo mensaje y por una sola vía. Pero ahora, entra en juego un elemento de amplificación: los diarios ahora se leen en internet, puedes ver audiovisuales lejos de la TV y hablar por chat o hasta escuchar un podcast, desde un dispositivo que no es la radio.

Hay una sensación permanente de encontrarnos en una revolución vertiginosa de la forma en cómo nos comunicamos, y esto no es solo una cuestión de forma, sino de fondo. Esa necesidad de crear, de compartir todo y opinar sobre todo. Creamos contenido donde el storytelling se ha vuelto el protagonista de nuestro día a día, porque contamos historias que se vuelven entretenidas para las personas porque no las interrumpimos en sus hábitos favoritos.

Sobre todo porque, hoy más que nunca, te pueden dar skip.

A eso obedecen todos estos cambios que se han producido durante este último milenio. La comunicación cobra verdadera importancia cuando se generaliza; cuando todo mundo tiene acceso a ella y eso es lo que ha venido a aportar algo que no podremos cambiar nunca más: LA TECNOLOGÍA. Un componente que ha venido a acelerar todas las cosas, ya que si la comunicación está en manos de unos cuantos, eso la coloca en una situación de quiebre y deja de ser relevante.

Por eso, el elemento fundamental que ha contribuido a la difusión de los medios, la conexión de las marcas y el acceso a la información es la globalización y el impacto de las nuevas tecnologías, el internet y las redes sociales. Un ejemplo de ello es que antes, para comprarte el The New York Times, tenías que ir a un kiosko en Central Park, pero ahora se pueden consultar, éste y otros periódicos internacionales, fácilmente por internet.

Para asegurar la supervivencia de los buenos mensajes en los medios de comunicación adecuados, cada proyecto y cada campaña debe encontrar su target y nacer desde un insight, una verdad de vida. Responder a la pregunta: ¿Qué nos parecerá interesante en este nuevo contexto?

Con la pandemia, en estos últimos dos años, todo se vino a potenciar. Avanzamos en dos años lo que debimos adelantar en cinco. Volvimos a cambiar hábitos y maneras de comportarnos por el confinamiento, pero yo prefiero ver el otro lado de las cosas.

Desde mi punto de vista y cuando haces un análisis profundo, el secreto sigue siendo el mismo: CONTAR HISTORIAS.

Un anuncio de revista ahora es un posteo en Instagram y un comercial de televisión, ahora es un audiovisual en YouTube, sin importar su duración, y esos primeros 6 segundos antes de dar skip. Los consumidores, las audiencias y los usuarios se van a detener a verlo solo si es interesante para su vida.

Hoy más que nunca se trata no solo de hacer anuncios para vender productos. Es crear ideas para cambiar e inspirar la vida de las personas.

Mike Arciniega