noviembre 17, 2022,
El Hackvertising lo inventamos acá.
por Diego Ángeles
Hackear, al menos en publicidad, cada vez es más común. O eso es lo que se piensa. Cada vez vemos más casos que se aprovechan de algún hueco para meter ideas, en videojuegos, en OOH o en cualquier medio, a veces contra la competencia. Personalmente no creo que sea tan nuevo como parece.
Desde que llegué a la publicidad, he visto cantidades y cantidades de “hackeos” para tratar de ganar un premio. Y no lo digo como algo malo, pero es que estamos en un país donde desgraciadamente, casi nunca tenemos oportunidades de hacer un trabajo tan relevante que nos represente en estos festivales.
Yo creo que a todos nos encantaría hacer teles del tamaño de It’s a Tide Ad o campañas como Moldy Whopper, pero, desgraciadamente, la cultura publicitaria en México no está enfocada en otra cosa que no sean las ventas. He visto grandes ideas morir en testeos, a manos de clientes queriendo poner el 2×1 como mensaje principal o simplemente con argumentos como “es muy arriesgado”. Hay algunas excepciones y clientes que lo tienen muy claro, pero no todos lo ven así. Entonces aquí es donde nosotros hemos venido “hackeando” los festivales. Al final del día, son festivales de creatividad y para mí, la creatividad es tener una solución distinta a un problema en específico, en este caso, ganar un metal.
Hackeamos, regalando creatividad a un cliente que no la pidió y además no pagó. Lo hacemos con Prints, OOH, que fueron pensados específicamente para competir ahí, que la gente de a pie nunca entendería, que no se pararía a buscar ese detalle gráfico o el copy que resuelve esa pieza. Hackeamos pautando en un periodico de Veracruz, con un tiraje de 500 piezas o en una estación local de radio, allá por la Selva Lacandona. También lo hacemos pidiendo favores a casas productoras, a cambio de más trabajo, para que nos filmen casos que nunca ocurrieron como los contamos o que nos filmen teles de 3 minutos que no estuvieron cerca de ninguna pauta. Inventamos productos, marcas, cuando ningún cliente nos compra nuestras ideas.Nos apalancamos de ser un país con muchas carencias para darles “soluciones” a esos problemas y que los jurados queden satisfechos con cómo erradicamos todos nuestras dolencias, con “inventos” que solo sirvieron cuando se grabó el caso. Incluso inflamos los resultados al final de cada caso, para que se vea mucho más grande. Eso, amigos míos, es el verdadero Hacking.
Es algo que nos representa, como mexicanos y como latinoamericanos. Está en nuestra esencia y en nuestro ADN, el buscarle la vuelta a todo. No es casualidad que nuestros países ganen con ideas que, de lejos, todos reconocemos que no son tan reales como parecen. Así que hasta que las cosas no cambien por acá, hasta que no veamos en la tele, en las calles o en internet, ideas de esas que nos hagan sentir orgullo, no te sientas mal si alguien te dicen que tu pieza es un “trucho” levanta el pecho y con orgullo diles que es un “hack”.
Quizá es hora de aprovechar toda esta reivindicación en los festivales y usarlo a nuestro favor. Pero no para “hackear” al festival o a los clientes, sino para enfocarlo de manera distinta. Nos tenemos que valer de todas las artimañas y recursos para poder competir a nivel mundial, para poder demostrar que en México el nivel creativo está a la altura de cualquiera.
Diego Ángeles