marzo 6, 2024,

PIENSO MIENTRAS EXISTO
por Dante Emiliano García

Cogito ergo sum, dijo alguna vez René Descartes en una frase que se traduce comúnmente como: “Pienso, luego existo”. Pero contrario a la lectura más simplista de la misma, el filósofo francés plantea el pensamiento como consecuencia de la existencia.

Entonces, está claro que no se puede pensar sin existir. Pero, ¿Podemos existir sin pensar? Una pregunta con varias respuestas, pero sobre todo, aún más cuestionamientos. Porque pensar, pensamos todos, pero ¿Por qué pensamos lo que pensamos?

Pienso y pienso al respecto, consciente o inconscientemente, porque pensar es una acción casi tan natural como respirar. El pensamiento a veces es profundo, como un suspiro que nos despierta del letargo; otras tantas es furibundo, agitado, aunque mayormente sigiloso.

Y luego está quien se gana la vida pensando, aunque suene a pleonasmo. En la Publicidad, como en casi cualquier otro trabajo creativo, el pensamiento es la materia prima; el punto cero del que nacen las mejores campañas, pero también las peores. A veces, a una sola conexión neuronal de distancia.

¿Pero qué porcentaje de nuestras ideas nacen del pensamiento activo? Es decir, una o varias personas, sentadas como El Pensador de Rodin, intentando alcanzar una respuesta, con plena concentración en eso y nada más. ¿Y qué tanto de nuestro trabajo proviene del simple hábito de vivir?

Porque uno piensa caminando, corriendo, nadando, en la ducha, en el baño, comiendo, y en muchísimas otras actividades que terminan en endo. Entonces parece justo decir que tanto tú, que lees esto, como yo, que lo escribo, pensamos mientras existimos, aunque por supuesto, hay sus excepciones.

Piensa… Piensa… Piensa, dijo alguna vez James Isaac Neutrón, también filósofo de otros tiempos, para detonar el proceso creativo en momentos de crisis; todo, mientras cerraba los ojos, apretaba los puños, y se encogía de hombros, hasta encontrar la respuesta a todos sus problemas. Así de sencillo.

Dante Emiliano García